¿Estamos criando la generación tonta?

La primera generación menos inteligente que sus padres

Hoy he mantenido una conversación con una amiga y las conclusiones son preocupantes. Las preguntas que nos hacíamos era del tipo siguiente: ¿Estamos criando una generación tonta? ¿Qué futuro nos espera si nuestros hijos son menos inteligentes que nosotros? ¿En qué manos estamos dejando nuestro futuro?

No piensen que era una conversación de barra de bar, entre varios “Iluminados”, para nada. Era una conversación seria, basada en informaciones serias, como tiene que ser. Como no quiero que pierdan el tiempo buscando las “fuentes”, les dejo varias pinchando en los siguientes enlaces. Aquí un informe, aquí otro, otro más.

No piensen que son los únicos, hay muchos más y todos van en la misma dirección. Para empezar a explicarme, puedo contar con la opinión del neurocientífico Michel Desmurget que ha publicado un libro de título sugerente: «La fábrica de cretinos digitales», todo un best seller en Francia. El aclamado especialista explica cómo las pantallas están bajando el coeficiente intelectural de los niños. Si con este ejemplo no empezamos a preocuparnos, mal vamos. Desmurget explica en su libro el «efecto Flynn». Este consiste en un fenómeno que se viene observando desde hace tiempo, el coeficiente intelectual (CI) de los humanos aumenta progresivamente generación tras generación. Superando la nueva a su anterior. Este fenómeno ha comenzado a cambiar drásticamente su tendencia. Se observa como en esta última generación, los hijos presentan peor coeficiente intelectual que sus padres, por primera vez desde que hay registros.

Todo tiene una explicación, y este especialista explica que, en su opinión, el exceso de horas dedicado a las últimas tecnologías (Está hablando de las pantallas y los móviles, para evitar dudas) incluso en la escuela, relegan a segundo o tercer plano, si no son eliminadas por completo, las actividades que refuerzan el trabajo intelectual del individuo, como son la lectura, la música, el arte o el deporte entre otras. Estas actividades tienen un poder nutritivo y estructurante para el cerebro de nuestros hijos mucho mayor que las pantallas recreativas, eso sin hablar de la habilidad para inter-relacionarse que nuestros jóvenes no desarrollan jamás, centrados en el único universo que conocen, la pantalla que tienen frente a su rostro.

Vamos a ver si nos entendemos, no quiero decir que los niños deban olvidar o dejar de utilizar los nuevos dispositivos que tienen a su alcance. No confundamos, que somos de ir de lo blanco al negro, sin pasar por ningún otro color. Por supuesto que deben conocer la era digital y lo que puede aportarle, pero nunca debe ser lo único, ni tan siquiera (Mi opinión, ojo) lo principal. Debemos conseguir que nuestros hijos tengan tiempo para disfrutar de todo, libros, canciones, juegos en el parque, etc. Seguro que me entienden.

Les dejo esta base para que reflexionen y opinen.

Ahora querrán saber cómo hemos llegado a esta conversación. Se lo voy a contar, como suele ocurrir, de la manera más tonta.

Estamos hablando de las nuevas generaciones, de cosas que nos vamos encontrando. Y me cuentan lo siguiente, que es digno de tres entradas en el blog por lo menos. La conversación no fue exactamente así, pero varía poco.

— No te imaginas los nuevos nombres que me encuentro en los listados oficiales.

— Me lo creo, todo empezó con Kevin Costner de Jesús.

— Sí, pero hemos llegado a que uno de los nombres que más están poniendo hoy a las pequeñas, aunque no te lo creas, es Iloveny.

— ¿Iloveny? ¿Qué motiva a una madre a querer poner ese nombre a su hija? — Me quedo pensativo, me sonríe. — No me lo digas, va a ser por…..

— Sí, por eso es.

Sé que alguno dudará aún, no hay que buscar mucho para encontrar que, por desgracia, es muy real. Ojo que no he nombrado a los Usarmy. Todo llegará.

Imagen tomada de internet

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